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Lima, 03 de Marzo de 2023
DIPLOMACIA NAVAL
Por Antero Flores-Araoz
Los peruanos,
tenemos el orgullo de contar con el buque escuela
“UNIÓN”, de nuestra Marina de Guerra, que es a
velas, siendo uno de los más grandes y modernos del mundo y
además fabricado en el Servicio Industrial de la Marina (SIMA
CALLAO).
Se ha dado a
conocer que en el mes de julio el UNIÓN partirá para un
crucero de estudios alrededor del mundo, visitando puertos de distintos
países.
Es conocido que
cuando nuestra Marina de Guerra hace cruceros de instrucción, se
aprovecha para exhibir productos peruanos con lo que se contribuye al
comercio exterior, pero además con exposición de nuestra
cultura ancestral y de la historia peruana. En buena cuenta se
convierte el UNIÓN en una embajada itinerante pues estrecha
lazos de amistad con infinidad de otros países.
A lo antes
señalado podríamos denominar “diplomacia
naval”, como también hay la parlamentaria en que el
Congreso de la República a través de las ligas de amistad
parlamentaria, va creando vínculos de afinidad y de
simpatía entre el Perú y otros muchos países. Un
solo ejemplo, cuando las relaciones peruano-chilenas pasaban momentos
de tensión en los años 2004 y 2005, bastó que los
presidentes de los congresos de ambos países hicieran una
declaración conjunta, para que las relaciones bilaterales
mejorasen sustancialmente.
En los
últimos tiempos se ha objetado cierta pasividad de nuestra
Cancillería para hacer conocer al mundo lo ocurrido en el
Perú con la vacancia presidencial de Pedro Castillo y su
reemplazo legítimo por quien fuera su vicepresidenta Dina
Boluarte, a quien le correspondía sustituirlo de acuerdo a la
línea de sucesión presidencial prevista en nuestra
Constitución.
Se
recomendó a la Cancillería, desde diferentes sectores,
que nuestras embajadas fuesen muy activas en las explicaciones
requeridas, pero no se han visto los frutos, sea porque no hicieron su
tarea o no le pusieron el empeño debido o quizás
también porque las instrucciones impartidas no fueron
suficientemente claras.
También se
sugirió el nombramiento de embajadores itinerantes
extraordinarios, con buenas relaciones internacionales, amplio
conocimiento de nuestra realidad, que pudiesen recorrer diferentes
latitudes con el mismo propósito. Hubo oídos sordos.
Hoy se abre una
magnífica ventana de oportunidad con el recorrido del buque
escuela “UNIÓN”, en que podría embarcarse
algún embajador de prestigio y con suficiente experiencia, para
que informe en cada país de arribo la situación peruana,
aclarando la percepción que existe en algunos lugares del
extranjero sobre el acontecer peruano. Ello por supuesto en
coordinación con nuestras embajadas.
Ante expresiones
erráticas expuestas en el extranjero, por quienes desean el caos
en el país, tiene que levantarse la verdad y para ello nada
mejor que la Cancillería haga su labor y que la haga bien pues
además tiene que mantener el prestigio de Torre Tagle.